La administración chilena es expeditiva y permite, por ejemplo, desaduanar, recibir o exportar semillas en un tiempo muy corto sin mayores problemas, pero bajo el estricto control del S.A.G, organismo oficial muy severo quien regula, controla y certifica las semillas.
Además, este importante organismo efectúa un control severo a través de todo el país para evitar la introducción de nuevas enfermedades.